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20/05/2025

Papa León XIV nos invita a ser levadura de unidad y fraternidad

En inauguración de su pontificado

Con un tono sereno pero profundamente desafiante ante los tiempos actuales, el papa León XIV inauguró el domingo 18 de mayo su pontificado con una Misa solemne en la Plaza de San Pedro, durante la cual pronunció su primera homilía como sucesor de Pedro.

“Fui elegido sin tener ningún mérito y, con temor y trepidación, vengo a ustedes como un hermano que quiere hacerse siervo de su fe y de su alegría”, dijo con humildad, agradeciendo las oraciones de los fieles que acompañaron el proceso de cónclave.

Frente a más de 150.000 personas y 150 delegaciones internacionales, el primer Papa estadounidense de la historia, Robert Francis Prevost, también ciudadano peruano, ofreció una visión pastoral comprometida con el diálogo y con los sectores más vulnerables, siguiendo el legado social de León XIII, en cuyo honor eligió su nombre.

Desde el altar montado al aire libre frente a la basílica vaticana, León XIV insistió en que el poder de la Iglesia no debe ejercerse desde la imposición. “No se trata nunca de atrapar a los demás con el sometimiento, con la propaganda religiosa o con los medios del poder, sino que se trata siempre y solamente de amar como lo hizo Jesús”, dijo, citando al apóstol Pedro y recordando que la verdadera autoridad de Roma es la caridad de Cristo.

El nuevo pontífice explicó que su misión, como la de Pedro, se basa en un amor oblativo, inspirado en el verbo agapao, que en el Evangelio se refiere al amor divino, total y sin reservas. “A Pedro se le confía la tarea de amar aún más y de dar su vida por el rebaño”, subrayó.

León XIV invitó a los católicos a ser “levadura de unidad, de fraternidad”, abiertos no solo entre sí, sino también hacia otras religiones y culturas. “Estamos llamados a ofrecer el amor de Dios a todos, para que se realice esa unidad que no anula las diferencias, sino que valora la historia personal de cada uno”, afirmó.

En su mensaje final, sintetizó el espíritu de lo que espera sea su pontificado: una Iglesia profundamente misionera, fundada en el amor, abierta al mundo y comprometida con la paz.

 

Fuente: Vaticano.